«VENGAN CONMIGO» /
P. Crispin Hernández Mateo
En las lecturas de este domingo, vemos que Jesús permite un descanso a sus apóstoles después de unos trabajos ajetreados, sin embargo, al ver que la gente andaba como ovejas sin pastor, se compadeció de ella y se puso a enseñarles las cosas de Dios.
1. «EL SEÑOR ES MI PASTOR NADA ME FALTA»
Un Pastor es un guía, un orientador, un cuidador. El buen pastor se entrega al servicio y cuidado de las ovejas; el mal pastor espera recibir su salario sin comprometerse con las ovejas. El salmo 22 nos invita a reconocer a Dios mismo como nuestro pastor, por las siguientes razones: nada nos faltará, nos hará reposar en verdes praderas, nos conducirá a fuentes tranquilas, nos ayudará a reparar las fuerzas, nos guiará por el sendero recto, nos preparará una mesa, nos ungirá la cabeza con perfume y nos acompañará todos los días de nuestra vida. Por estas razones, es bueno, saludable, confortable, gratificante y enriquecedor que Dios sea nuestro Pastor. ¡Dejemos que Él guíe nuestros pasos por el camino del bien, que él sea nuestro alimento y bebida, que Él nos conduzca hacia el Reino de Dios! ¡Cuánta falta nos hacen hoy buenos pastores!
2. «ANDABAN COMO OVEJAS SIN PASTOR»
Una oveja sin pastor carece de guía, de orientación y de protección; es una oveja que vaga sin sentido ni rumbo fijo y definido; es una oveja que no tiene el calor y la
seguridad del rebaño; es una oveja expuesta a los peligros, a las enfermedades y las contingencias del mundo. Jesucristo, al verlas, siente compasión de ellas. El Buen Pastor es capaz de dar la vida por ellas, de conducirlas a buenos pastos y cuidar de ellas. Actualmente, los adolescentes y jóvenes parecen vagar sin una meta y un objetivo en la vida, sin motivación ni ánimo, sin aspiraciones ni esperanzas, sin sueños ni ilusiones. La función de un pastor es conducir, enseñar, mostrar el camino correcto, orientar y ser una luz para la oveja; pero en este mundo lleno de mentiras, violencia e inseguridad, es muy difícil escuchar la voz de Dios y mucho menos seguir sus pasos. Busquemos la luz de la verdad, la orientación de la Palabra, la seguridad de Dios, la calma del Espíritu Santo y el acompañamiento de María, para no ir por el mundo como ovejas sin pastor.
3. «VENGAN CONMIGO A UN LUGAR SOLITARIO PARA QUE DESCANSEN»
Jesús nos invita a descansar para reparar el ánimo, las fuerzas y la alegría de servir. El descanso genera procesos reparadores que mejoran las actividades de memoria y aprendizaje, fortalecen las defensas ante enfermedades, disminuyen la tensión arterial y relajan músculos y articulaciones. Es saludable descansar. Jesucristo nos invita a dejar las actividades de rutina, a hacer un lado por un momento los trabajos ordinarios y permitirnos un tiempo para reparar las fuerzas. Jesucristo es el Buen Pastor que da la vida por sus ovejas, que conduce a buenos pastos y aguas cristalinas. También nos invita a encontrar un descanso en Él, pues nos asegura que nos dará alivio a los que estamos cansados y agobiados (cf. Mt 11,28). Descansar en el Señor no significa no hacer nada sino poner en sus manos nuestras vidas ajetreadas, adoloridas y arrutinadas ¡Dejemos que Cristo tome sobre sí nuestros cansancios, agobios, angustias, sufrimientos y enfermedades!
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